José y Jesús: Dos historias de similitudes profundas que apuntan a la redención

La Biblia está llena de historias fascinantes que, aunque ocurrieron en diferentes tiempos, están profundamente conectadas. Uno de los paralelos más sorprendentes es el que existe entre José, el hijo de Jacob, y Jesucristo. A través de la vida de José, podemos ver un reflejo profético del Mesías. Cada detalle parece haber sido cuidadosamente diseñado para apuntar a la obra redentora de Jesús.

En este artículo te compartimos algunas de las similitudes más impactantes entre José y Jesús, que no solo enriquecen nuestra comprensión de las Escrituras, sino que también nos muestran cómo Dios obra a través del tiempo para cumplir sus propósitos eternos.


El hijo amado y rechazado

La historia de José comienza con el profundo amor que su padre Jacob sentía por él. La Biblia nos dice que Jacob amaba a José más que a todos sus hijos (Génesis 37:3). Este favor especial provocó envidia y odio en sus hermanos, quienes finalmente lo rechazaron y lo vendieron como esclavo.

Jesús, el Hijo amado del Padre (Mateo 3:17), también fue rechazado por los suyos. «A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron» (Juan 1:11). Así como José fue traicionado por sus hermanos, Jesús fue traicionado por su pueblo y entregado para ser crucificado.


Vendidos por monedas

Otro paralelo claro es el precio de su traición. José fue vendido por 20 piezas de plata (Génesis 37:28), mientras que Jesús fue vendido por Judas por 30 piezas de plata (Mateo 26:15). Ambos fueron considerados como mercancía por aquellos que debían amarlo y protegerlo.

Lo que el hombre pensó para mal, Dios lo usó para bien

Los hermanos de José quisieron destruirlo, pero Dios usó esa situación para salvar a muchas vidas. José mismo lo reconoció: «Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien» (Génesis 50:20).

De igual forma, la cruz fue el resultado de un complot humano lleno de odio, pero Dios la usó para cumplir el plan más grande de redención, la salvación del mundo.


Injusticia y exaltación

José fue injustamente acusado por la esposa de Potifar y encarcelado sin haber cometido ningún crimen (Génesis 39:20). De manera similar, Jesús fue falsamente acusado y condenado por testimonios manipulados (Marcos 14:55-59). Ambos sufrieron la injusticia, pero ambos también fueron exaltados.

José llegó a ser el hombre más importante de Egipto después del faraón (Génesis 41:41-44). Jesús, después de su resurrección, fue exaltado por Dios y ahora está sentado a la diestra del Padre (Filipenses 2:9-11).


Dos hombres, dos destinos

Una de las similitudes más profundas y menos conocidas es la que se encuentra en el tiempo que José pasó en prisión. Allí compartió la celda con dos hombres: el copero y el panadero del faraón. Uno de ellos le fue perdonada la vida y su cargo, mientras que el otro fue condenado a muerte (Génesis 40:1-22).

En la cruz, Jesús estuvo entre dos hombres: dos criminales. Uno se arrepintió y fue llevado al paraíso (Lucas 23:43), mientras que el otro rechazó a Jesús y quedó condenado.

Este detalle nos muestra que, al igual que en la prisión de José, la humanidad siempre está ante dos caminos: uno que lleva a la vida y otro que lleva a la muerte. Jesús, como lo hizo José, es quien interpreta y revela nuestro destino eterno.

Tentados, pero sin pecar.

José fue tentado día tras día por la esposa de Potifar, pero se mantuvo firme y huyó, rechazando el pecado (Génesis 39:7-10).

De igual manera, Jesús enfrentó la tentación del diablo en el desierto (Mateo 4:1-11) y, al igual que cualquier ser humano, fue probado en todo, aunque sin caer en el pecado.

Por eso, no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra condición, pero permaneció sin pecado (Hebreos 4:15).

No reconocido en su primer encuentro

Durante el tiempo de hambre, los hermanos de José bajaron a Egipto en busca de alimento. Allí, se encontraron con su propio hermano, a quien habían vendido años atrás. Sin embargo, aunque estaban cara a cara con él, no lo reconocieron:

“José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron” (Génesis 42:8).

De manera similar, Jesús vino a su propio pueblo como el Mesías prometido, pero también fue rechazado y no reconocido por quienes más lo esperaban:

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11).

Ambas historias reflejan una dolorosa verdad: el salvador fue ignorado por aquellos que más lo necesitaban. Pero en ambos casos, el propósito de Dios seguía en pie: traer redención, aún en medio del rechazo.

El segundo encuentro

En su segundo encuentro con sus hermanos, José se da a conocer. Aunque ellos no lo reconocían, él se revela y les dice:

«Yo soy José, su hermano» (Génesis 45:4).

De manera similar, Jesús prometió regresar por segunda vez (Mateo 24:30). Esa profecía aún no se ha cumplido, pero cuando lo haga, aquellos que no lo reconocieron antes, lo reconocerán. Así como los hermanos de José finalmente lo vieron con claridad, también el pueblo verá a Jesús tal como es.

El profeta Zacarías lo anticipó:

“Y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito; se afligirán por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10).

El día del segundo encuentro llegará. Y cuando suceda, muchos abrirán los ojos, no con temor, sino con lágrimas de reconocimiento, arrepentimiento y esperanza.

Ejemplos de perdón inmerecido

Los hermanos de José lo traicionaron, lo vendieron como esclavo y lo hicieron pasar por muerto. Todo lo que le hicieron merecía castigo. Sin embargo, cuando José tuvo el poder en sus manos, eligió perdonar. Con un corazón lleno de compasión, les dijo:

“No se entristezcan ni se enojen por haberme vendido… Dios me envió delante de ustedes para preservarles la vida” (Génesis 45:5-8).

Jesús, el Hijo de Dios, fue entregado, humillado y crucificado injustamente. Y aun así, en medio del dolor, dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

No solo perdonó a quienes lo crucificaron, sino que ofreció perdón a toda la humanidad: “Tus pecados te son perdonados”…»Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados». (Lucas 5:20-24).

Tanto José como Jesús eligieron el perdón sobre la venganza. El primero salvó a su familia; el segundo, al mundo entero.


Salvación para todos

José llegó a ser el salvador físico de Egipto y de muchas naciones en tiempos de hambre. Gracias a su sabiduría y su capacidad de administrar, pudo alimentar a multitudes (Génesis 41:56-57).

Jesús es el Salvador espiritual del mundo. Él no solo da alimento físico, sino el pan de vida eterna. «Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre» (Juan 6:35).

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 3:17


Reflexión Final

La vida de José no es solo una historia de perseverancia y éxito; es una profecía viviente que apunta a Jesús. Desde su rechazo hasta su exaltación, desde su sufrimiento hasta su papel como salvador, cada detalle refleja el carácter y la misión de Cristo.

Estas similitudes nos enseñan que Dios tiene un plan perfecto, aún en medio de la traición, el dolor y la injusticia. Así como Dios usó la vida de José para bendecir a multitudes, también usó la cruz para traer salvación eterna.

Hoy, como aquellos dos hombres al lado de Jesús, todos enfrentamos una decisión: aceptar la salvación o rechazarla. La elección es nuestra.

Cuadro Comparativo.

JoséJesús
José fue amado por su padre Jacob de manera especial. (Génesis 37:3)Jesús es el Hijo amado del Padre. (Mateo 3:17)
José fue odiado y rechazado por sus hermanos. (Génesis 37:4)Jesús fue rechazado por los suyos, especialmente por el pueblo de Israel. (Juan 1:11)
José fue vendido por 20 piezas de plata. (Génesis 37:28)Jesús fue vendido por 30 piezas de plata. (Mateo 26:15)
José fue entregado por sus hermanos a extranjeros (ismaelitas/egipcios).Jesús fue entregado por su pueblo a extranjeros (los romanos).
José fue tentado y no pecó. (Génesis 39:7-12)Jesús fue tentado y no pecó. (Hebreos 4:15)
José fue injustamente acusado y encarcelado. (Génesis 39:20)Jesús fue falsamente acusado y condenado injustamente. (Marcos 14:55-59)
José estuvo en prisión junto a dos hombres: el copero y el panadero. Uno fue restaurado a la vida y el otro fue condenado a muerte. (Génesis 40:1-22)Jesús estuvo en la cruz junto a dos hombres (ladrones). Uno fue al paraíso y el otro fue condenado. (Lucas 23:39-43)
José fue exaltado y llegó a ser la mano derecha del Faraón. (Génesis 41:41-44)Jesús fue exaltado y está a la diestra del Padre. (Filipenses 2:9-11)
José fue fuente de salvación física para muchas naciones (alimento).Jesús es la fuente de salvación espiritual para todas las naciones.
Sus hermanos no lo reconocieron la primera vez que lo vieron.Los judíos no reconocieron a Jesús como el Mesías en su primera venida.
José perdonó a sus hermanos y los recibió con amor. (Génesis 45:4-15)Jesús perdona a los que lo rechazaron y ofrece salvación. (Lucas 23:34)
Lo que los hermanos de José hicieron para mal, Dios lo usó para bien. (Génesis 50:20)La crucifixión de Jesús, aunque fue malvada, Dios la usó para el mayor bien: la redención. (Hechos 2:23)