5 Concejos para superar la pérdida de una persona amada
Todos enfrentamos en algún momento un duelo; El tiempo sana las heridas, pero puede ser útil reconocer el dolor que sientes y tomar medidas para recuperarte.
Estar de duelo por la pérdida de un ser querido es uno de los dolores más intensos que existen y en ocasiones el doliente esconde la tristeza por el simple hecho de no ser visto por los demás, pero esto puede traer algunas complicaciones a algunas áreas de sus vidas como “disminuciones” en la salud física, mental, en la estabilidad emocional y en la vida social, y que las consecuencias físicas y psicológicas pueden llegar a durar cuatro años y no uno, como se creía hasta hace poco.
A continuación, encontrarás cinco ideas que pueden ayudarte a afrontar la muerte de un ser querido:
1.- Participa de los rituales.
Los memoriales, funerales y otras tradiciones ayudan a las personas a reunirse durante los primeros días para honrar a la persona que falleció. La simple presencia de otras personas que apreciaban a tu ser querido puede ser reconfortante.
2.- Expresa y libera tus emociones.
No contengas el llanto si sientes que estás a punto de llorar. No te preocupes si escuchar determinadas canciones o hacer determinadas cosas es doloroso porque te trae recuerdos de la persona que perdiste. Es normal que sientas eso. Después de un tiempo, será menos doloroso. Debes saber que, con el tiempo, puedes sentirte mejor (y lo lograrás).
3.- Habla sobre el tema cuando puedas.
A algunas personas les hace bien contar la historia de su pérdida o hablar acerca de sus sentimientos. Pero a veces, una persona no tiene ganas de hablar sobre la pérdida de un ser querido y eso también es completamente normal. Nadie debe sentirse presionado a hablar.
Aun cuando no tengas ganas de hablar, busca maneras de expresar tus emociones y pensamientos. Comienza a escribir en un diario los recuerdos que tienes de la persona que perdiste y cómo te sientes desde su partida. O escribe una canción, un poema o un tributo a esa persona amada. Puedes hacerlo en privado o compartirlo con otros.
4.- Preserva los recuerdos.
Crea un memorial o un tributo a la persona que falleció plantando un árbol o preparando un jardín, o ríndele honor a esa persona de una manera que consideres adecuada, como participar en una caminata o una carrera con fines de caridad.
5.- Darse tiempo y espacio
“Lo saludable es aprender a vivir con nuestra pérdida, darnos tiempo y espacio para el duelo, y permiso para volver a la vida”
A medida que pasa el tiempo la aceptación de la pérdida empieza a crecer, aunque pueda quebrarse temporalmente con nuevas pérdidas. Y así, lo más útil es pensar en ello como en un viaje a lo largo del tiempo atravesando emociones difíciles: sorpresa, incredulidad, rabia, amargura, pena, arrepentimiento, nostalgia… que en algún momento se calman a medida que aparece una aceptación mayor.
¿Existen pérdidas más difíciles de procesar que otras? Todas son únicas y cada ser humano la experimenta a su manera.
Lo que sí podemos asegurar es que el camino a través de cada pérdida es diferente para cada persona.
TESTIMONIO:
Ejemplo: Con la pérdida de mi hermana a sus 39 años, me sorprendí a mí misma echando de menos sus años de infancia. Esos son los recuerdos de ella que se me han quedado más grabados y que tengo más presentes.
Hace poco tuve la pérdida de una mujer muy amada y querida “mi suegra” la amé como mi madre, pero jamás ese dolor lo podría comparar con el dolor que sentía mi esposo; “era su madre”.
Echaré de menos a esa gran mujer que fue a sus sesenta y cinco años, cuando empezamos a disfrutar juntas.
Creo que lo que más ayuda es saber que necesitamos darnos a nosotros mismos el permiso para vivir nuestras pérdidas con autenticidad, sin juzgar la experiencia.